Circular 15/2022: Presentación de la Constitución Episcopal - Sacramentum Redemptoris -

 


Prot. No. CC-15/2022
Asunto: Presentación de la Constitución Episcopal
- Sacramentum Redemptoris -
Sobre la Reforma Litúrgica
por el cual se establece la Praxis
en la Celebración del Sacrificio Eucarístico
de la Administración Apostólica + Corpus Christi +


A los Miembros del Clero,
A los Laicos Incardinados
y a los Fieles de Buena Voluntad

Les saludo cordialmente, queridos Hijos.
 
Sin duda, la Situación Actual por la que atraviesa la Iglesia, no pasa desapercibida por nosotros ni por numerosos fieles. El Señor, no podemos dudarlo, no deja de proveer los medios necesarios para que su Iglesia lleve adelante la Misión que le ha encomendado en el mundo, no con impulsos humanos, sino con el Espíritu Santo que le ha prometido. Y en ello radica la Misión de los Obispos, como Sucesores de los Apóstoles y las exigencias a las que debemos responder íntegramente ante Dios por el bien que hacemos y sobre todo, del bien que dejamos de hacer por el rebaño que ha puesto a nuestro cuidado.
 
Ciertamente, y es por amor a la caridad, que no podemos hacer omisión de nuestra Situación ante el Primado de Pedro, y la separación que ahora guardamos, y que sin duda, debemos elevar incesantes preces, para que la Divina Providencia nos alcance volver a este abrazo tan necesario con el Sucesor del Bienaventurado Pedro, y sin embargo, ahora la Iglesia nos pide mantenernos en la Firmeza de la Fe en que la Iglesia es de Cristo y no de los Hombres, que por nosotros mismos seriamos capaces de derribarla, en la esperanza que el mismo Cristo sigue velando por ella aún en medio de las olas impetuosas que amenazan por hundir esta barca y en la Caridad de Cristo, de la que separados, es poco lo que podemos hacer, porque la caridad de Cristo nos impulsa a seguir trabajando extendiendo el Reinado de su Sagrado Corazón Realmente Presente en la Eucaristía y velar para que las almas ya no se sigan perdiendo, aunque ahora debamos padecer incomprensión y persecución de parte de Nuestros Hermanos en el Sacerdocio y en el Episcopado.

Y cierto es, que si no fuera por un bien mayormente noble, no tendría sentido soportar las calumnias y los vituperios que se ciernen sobre nosotros, que no son los Hombres los que nos van a recompensar, sino el mismo Cristo a quien buscamos servir, que en el Juicio que debamos comparecer al final de nuestra vida, será él y solo él, quien dicte la medida de lo justo sobre nosotros y sobre el bien, que por su Gracia hayamos podido hacer del Ministerio que se Nos ha confiado y del cual no guardamos méritos personales.
 
Queridos Hijos, parte del esfuerzo que ahora realizamos, es hacerles llegar el presente Documento, después de un exhaustivo estudio del Venerable e Infalible Magisterio de la Iglesia, de ir al fondo de estudio de los Documentos del Concilio Vaticano II, tan arbitrariamente interpretado en un desmedido mal llamado - espíritu del concilio -, que No pertenece a la Práctica de la Iglesia Católica y en el cual se han escudado para permitir toda clase de altanerías no solo contra la Divina Liturgia, sino más allá incluso, hacia la Fe y Enseñanza misma legada por Cristo y los Apóstoles. Y es necesario, así tenemos la certeza, de vincular tajantemente con la Tradición precedente para evitar interpretaciones insanas y que lejos de edificar al Cuerpo de Cristo, le merman y le causan punzantes llagas.
 
Hemos de trabajar decididamente, por extender el Reino de Cristo en las almas, pero para ello, es necesario que nosotros mismos nos empapemos primero. Pongo en sus manos la Presente Constitución Episcopal, en la cual hemos creído necesario Confirmar la Fe de la Iglesia en la Presencia Real de Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento, el Dogma de la Transubstanciación, tan atacado incluso desde adentro, es necesario recordar que la Santa Misa, NO es una - fiesta muy alegre -, sino el Sacrificio de la Cruz, que se renueva de manera incruenta hasta la Venida Gloriosa del Señor, a recordar el respeto y la reverencia que merece siempre este Sacramento del que vive y se sostiene la Iglesia.
 
No es nuestra labor tomar atribuciones que creemos, solo corresponden a la Sede Apostólica, sin embargo, hemos de trabajar en lo que es de Nuestra Competencia, desde lo que el Magisterio nos confía como Sucesores de los Apóstoles y Maestros de la Divina Liturgia que nos corresponde para que sea enaltecido el Culto de Adoración debido a la Santísima Trinidad. Por ello, establecemos con nuestra Autoridad, que pueda ser profundizado el Magisterio de la Iglesia y lo que hemos tenido a disponer en Nuestra Constitución Episcopal - Sacramentum Redemptionis – (Sacramento de la Redención), en lo que corresponde a la Celebración del Santo Sacrificio de la Misa dentro de Nuestra Administración Apostólica y Mandamos, que sea respetado y puesto en práctica con la mayor diligencia para dar así, testimonio del Nombre de Cristo ante los Hombres y ser así, lámparas encendidas que expresen de palabra y de vida, nuestra adhesión Filial al Cuerpo de Cristo, que es la Santa Madre Iglesia Católica y Apostólica Fundada por Nuestro Señor.

Y oramos, para que el Señor mismo, ponga en orden todas las cosas que, por ahora, se encuentran en tempestad. Ahora nos corresponde trabajar, discernir y servir, esperando por la Divina Providencia, mejores tiempos. El Señor nos asista en todo ello, y lleve a buen término la Obra que él mismo nos ha encomendado.
 
Impartimos Nuestra Bendición Episcopal.
 
A los 30 días del mes de junio del Año del Señor 2022.



+ Mauricio P. Solís
Episcopus
Rvdo. P. J. E. Torres
Notario Episcopal


 Texto Completo de la Constitución - Sacramentum Redemptionis -
 


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