Mensaje Episcopal por Motivo del Santo Tiempo de Adviento 2024

 

MENSAJE EPISCOPAL POR MOTIVO DEL

SANTO TIEMPO DE ADVIENTO

 

Queridos Hijos:

El Tiempo Penitencial del Adviento es un llamado a discernir los signos de los tiempos de cara a la realidad humana, pero también escatológica. No frente a una mentalidad apocalíptica como la concibe el mundo que ha perdido toda esperanza, que ha olvidado que hemos sido creados por Dios para la eternidad. En medio de un mundo que se afana en lo que muere y descuida las cosas realmente importantes, se esmera estérilmente, podrías decir como Martha, sin embargo, aquella Santa Mujer se afanaba por servir al Señor, en cambio los hombres, se esmeran por servirse a sí mismos, por intentar llenar sus vacíos, por enaltecerse soberbiamente, cuando sus corazones claman a semejanza del convertido Doctor Agustín que clama: Tú estabas dentro de mí, y yo fuera, y por fuera te buscaba, y me lanzaba sobre las cosas hermosas creadas por Ti. Tú estabas conmigo y yo no estaba contigo. Me retenían lejos de Ti todas las cosas, aunque, si no estuviesen en Ti, nada serían.

Sin embargo, el mundo huye y se esconde como Adán, a diferencia del primero que se escondía por vergüenza, hoy el mundo se esconde por soberbia y vanidad, las joyas podridas que les ha dado el demonio y la carne. Gritan y claman por libertad, haciendo de sus actos eslabones de sus propias cadenas de esclavitud. Hoy nos recuerda más que nunca el Señor que la Verdad nos hará libres y se prefiere la mentira, cuando Dios desea que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad. Mas el Hombre se aferra a las mentiras reconfortantes del mundo, del demonio y de la carne, los enemigos rapaces comunes a todos. El mundo esclavo fingiendo ser libre solo camina a su propio despeñadero y de muchos de ellos, será tarde cuando se den cuenta, si por una Gracia especial de lo alto no se convierten, aún quienes se esmeran en Cumplir la Voluntad de Dios, no se ven exentos de luchar y de convertirse.

Y hoy nos preguntamos: ¿realmente el ser humano es feliz como se vende con el corazón lejos de Dios? ¿realmente se llenan con las migajas que recogen? Y me atrevo a preguntar más allá: En la Iglesia, los Pastores, ¿realmente creen agradar a Dios mientras desmoronan el Lugar Sagrado promoviendo toda clase de abominaciones?

Si discernimos los signos de los tiempos hacia el mundo, podemos contemplar como la humanidad se autodestruye deseando construirse, se hace semejante a la Torre de Babel, y no recuerdan que Dios destruyo la torre y confundió a sus habitantes. Hoy también los lobos disfrazados de Pastores edifican sus propio Babel a instancias de la Iglesia promoviendo ritos a los demonios prehispánicos bajo apariencia de inculturaciones; abrazan el pecado por encima del pecador guiándolos a su propia condenación porque ya no son capaces de predicar la conversión para liberar a los esclavos, siendo maestros de la fe, la pisotean y pretenden enseñar sus propias ideas corrompidas y marchitas. Llamados a dar pastos verdes y en abundancia, reciclan el estiércol del campo y lo dan como alimento a la turba insaciable que no desea conocer a Cristo, sino que sea Cristo quien los solape y se haga cómplice de sus abominaciones.

¿Y esto debe hacernos agachar la cabeza y dejar de caminar y hacer algo para mitigar la realidad como ellos desean por medio de insultos, ataques y descredito contante? Absolutamente No. Por el contrario, la semilla que seamos capaces de sembrar hoy crecerá y producirá su fruto si nos mantenemos fieles y firmes en Cristo hasta el final. Pues el Señor no ha venido a traer la paz sino la espada y solamente aquel que hace violencia por el Reino arrebatará un lugar en este Reino, en la casa preparada desde la Creación del mundo, pero solo aquel que se niega a sí mismo incluso por encima de sus parientes y amigos. Así se cumple también de modo profético aquellas palabras que aplican a Cristo: vino a los suyos y los suyos no le recibieron. Y el Señor viene a los suyos por medio nuestro en esos parientes y amigos, conocidos, y no le quieren recibir, ahora toca el tiempo de sacudir el polvo en señal de protesta y seguir hacia adelante, cuentas a ellos por no escuchar y hacer la obra del diablo y cuentas a nosotros si permanecemos o no fieles al Don recibido de Dios.

Así los Pastores en Belén quedaron justificados entre los expulsados y mal queridos del Pueblo, porque hicieron obediencia a la voz de los ángeles que les anunciaron el Nacimiento del Redentor y se encaminaron presurosos a la Cueva para adorarlo, así nosotros, entre los despreciados, si obedecemos, no a la voz de los ángeles, sino a la Voz del Espíritu Santo, seremos justificados por su Misericordia antes del Tiempo de la Justicia.

Este Tiempo de Adviento es una preparación no solo histórica, sino escatológica, una espera gozosa, confiada en el Señor no solo en el recuerdo de que ha venido y se ha hecho Hombre por amor a nosotros, sino también como una Preparación a la Segunda Venida en medio de su Gloria, hoy nos recuerda como el Apocalipsis: “Mira que ya llego, estoy a la puerta y llamo”. 

Que el Señor nos conceda su gracia y su favor por intercesión de María Santísima Corredentora del Mundo.

 

Dado en la Sede de la Administración, Mexicali, Baja California, a 01 del mes de diciembre de 2024. Tercero de Nuestro Episcopado. Primer Domingo de Adviento.

 

 

 

Mauricio P. Solís

Obispo Auxiliar de la Iglesia Católica

Sin Comunión con la Sede Romana

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