MENSAJE AL PERSONAL DE ENFERMERIA
En la acogida
generosa y afectuosa de cada vida humana, sobre todo la débil y enferma, el
cristiano expresa un aspecto importante de su testimonio evangélico siguiendo
el ejemplo de Cristo, que se ha inclinado ante los sufrimientos materiales y
espirituales del hombre para curarlos (1). Toda vocación, es un
Don que Dios da al Hombre, en primer lugar para reconocerlo a él en todas las
cosas y unido a esto, desde la humildad del corazón, realizarse personalmente y
en el servicio a los demás, dejar una huella imborrable de caridad. Aquellos
que dejan huella, no lo hacen desde la soberbia, el desprecio del hermano y la
altivez de quien pierde el piso y pierde su propia esencia.
Quien elige servir,
especialmente a los Hermanos Enfermos, debe tener cuenta de que será un
servicio sacrificado y abnegado, inmerso en la paciencia consigo mismo para ser
capaz de ser paciente con aquel a quien va a servir. Limpiará las llagas de un Cristo
lastimado, y a su vez, será capaz de tocar las llagas espirituales, pues cada enfermo
es una historia particular de la que el enfermero debe conocer para desempeñar mejor
su servicio.
Incluso desde la
Profesión de Fe personal, quien se prepara para atender este campo, no puede darse
el permiso de actuar fuera de la caridad, porque, mientras más caritativo es el
personal de salud, tanto más será capaz de sanar a sus pacientes humana como
espiritualmente, el personal de salud no solo debe centrarse en aliviar el
cuerpo, sino también el alma, porque desde lo espiritual, también el cuerpo
como envase material, resiente su acción.
El gran reto de hoy
en el campo de la medicina, no es la adaptación al uso de las nuevas
tecnologías, de los nuevos métodos en el cuidado de los enfermos, sino que, el
gran reto, es que no se ve a los enfermos como seres humanos, sino como números
de graficas, como ingresos económicos. El gran problema es que se va perdiendo
de vista que el enfermo es una persona con dignidad que debe ser tratado con compasión.
El profesional de la salud está llamada a salvar las vidas en el cuerpo, pero
también en el alma, de nada aprovecha quien salva al cuerpo, pero que pisotea
el alma, la dignidad y la esencia de las personas que cura.
Exhortamos, en este
día de fiesta para el Personal de Enfermería, y en especial a aquellos
estudiantes, hombres y mujeres que se preparan para prestar este servicio,
Enfermeros, y Auxiliares de Enfermería, a no dejar de lado el equilibrio entre
persona y espiritualidad, el mismo Señor Jesús, pone de ejemplo el servicio Hospitalario
en la constante curación de leprosos, paralíticos, pero también en el sentido
espiritual, estas curaciiones eran la confirmación del Anuncio del Reino. Aquel
que contempla su trabajo como un servicio de compasión, sin conmiserar a nadie,
se deja cautivar por la compasión que Dios nos tiene a cada uno de nosotros,
especialmente desde el Don de la Vida que nos ha dado.
El Ser Humano es la
obra selecta de la creación de Dios, el Ser Humano que busca una calidad de
vida buena, que busca encontrar su proposito en la vida y que no ha comprendido
que el servicio es una forma inmaterial de encontrarlo y hacer que su legado
continue por generaciones.
Extendemos Nuestra
Bendición sobre aquellos a quienes llegue este Mensaje que deseamos transmitir
con sinceridad y acompañamiento. Pidiendo también que el Ejemplo de San Juan de
Dios, Patrón y Protector de la Enfermería, los anime y los aliente a seguir Adelante
en su labor.
Feliz Día de la
Enfermería.
Dado en la Sede
Episcopal. Mexcali, Baja California, a los 12 días del mes de mayo del año 2023.
Día Internacional de la Enfermería. ✠ Mauricio P. Solís
Episcopus
1)
Mensaje del Papa Benedicto XVI. Jornada Mundial de los
Enfermos – 11 de febrero de 2012
C.C.P. Archivo Personal
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